Novagalicia se llamará Abanca y duplica el sueldo de sus consejeros a 600.000 euros
La nueva NCG Banco (Novagalicia) ya tiene nombre: Abanca,
una especie de contracción de 'la banca' en gallego. Esta denominación
se hará pública el jueves y vendrá acompañada de una fuerte campaña
publicitaria para darla a conocer en su comunidad. El cambio de nombre
llega unos días después de que Bruselas diera por fin el visto bueno a
la compra por Banesco y al cambio de su plan de resolución, cuya
principal novedad es que se levantan las limitaciones a los sueldos de
sus consejeros que tienen las entidades nacionalizadas. Así, podrán
cobrar 600.000 euros frente a los 300.000 anteriores.
El nuevo nombre es el secreto mejor guardado de Galicia,
ya que los principales medios de la comunidad se han comprometido a no
desvelarlo. Este nombre tiene importantes reminiscencias en Galicia:
antes era "a caixa" para el conjunto de la población, mientras el
antiguo Banco Pastor era "o banco" (si alguien se refería a otro banco,
tenía que decir el nombre para que le entendieran) . El logotipo de la
nueva entidad (que se adjunta) también tiene un fortísimo componente
regional, con los colores blanco y azul de la bandera gallega y dos
líneas paralelas. El Confidencial intentó obtener ayer una explicación del nombre y del logo, sin conseguirlo.
La nueva Abanca será el cuarto nombre de la fusión de las antiguas Caixa Galicia y Caixanova. Primero se llamó Novacaixagalicia, pero ante lo desafortunado del acrónimo (Nocaga), cambió su nombre por Novagalicia. Tras la nacionalización y el nombramiento como presidente de José María Castellano,
volvió a cambiar de denominación por NCG Banco (Novacaixagalicia
Banco). Y ahora, tras la venta a Banesco, pasa a ser Abanca. Estos
múltiples cambios han generado enorme confusión entre el público en
general, los medios de comunicación e incluso sus clientes, que ya no
saben a ciencia cierta cómo se llama su antigua caja de ahorros.
La renovación de la entidad, incluyendo el nuevo nombre, llega una vez que el viernes la Comisión Europea dio por fin su visto bueno a la venta de la entidad, seis
meses después de su adjudicación a Banesco. Este retraso –se esperaba
tener la aprobación en marzo– se explica porque el presidente de
Banesco, Juan Carlos Escotet, ha negociado con las
autoridades comunitarias la modificación del duro plan de resolución
impuesto como condición para recibir ayudas públicas europeas (5.425 de
los 9.052 millones totales inyectados).
El consejo duplica su sueldo
La
entidad no ha revelado si esto se traducirá en un menor recorte de
oficinas o de plantilla, ni si podrá competir en otras regiones fuera de
las autorizadas (Galicia, León y Asturias), ni si en el futuro podrá
adquirir otras entidades. Lo único que destacó en su comunicado es que,
"con respecto al acuerdo inicial desaparecen las limitaciones existentes en materia de remuneración
para la fijación de retribución variable para la plantilla de la
entidad. En materia de política de dividendos NCG Banco se regirá por
las mismas reglas generales que afectan al resto de entidades
financieras españolas".
Es decir, que podrá subir el sueldo a sus
ejecutivos y consejeros, y que podrá repartir dividendo a Banesco con
las limitaciones de cualquier banco (25% del beneficio en efectivo), no
de las entidades nacionalizadas. Dicho y hecho. Este lunes, la junta
general de la entidad aprobó que "las retribuciones y dietas que se han
aprobado para el consejo están en línea con el sistema de retribución de
los consejeros establecido en los Estatutos Sociales: un máximo anual
de 100.000 euros por dietas y de 500.000 euros por salario". Es decir, un máximo conjunto de 600.000 euros, lo que supone duplicar
el tope de 300.000 euros impuesto por el Gobierno a los consejeros y
directivos de las entidades nacionalizadas, que era lo que cobraba el
equipo de José María Castellano.
En esta misma junta general se nombró al nuevo consejo, compuesto por el propio Escotet, Javier Etcheverría (presidente de Banco Etcheverría, la unidad a través de la que Banesco ha comprado NCG), Francisco Botas (consejero delegado del Etcheverría y mano derecha de Escotet en España), Raúl Baltar, Pedro Raúl López Jacome (dos hombres de Banesco de origen gallego), Carina Szplika (exconsejera delegada de ING Direct, que cubrirá la 'cuota femenina') y Miguel Ángel Capriles (responsable de las inversiones de la familia del principal opositor venezolano). Asimismo, se decidió sustituir como auditor al cuestionado Deloitte por KPMG.
El papelón del FROB
Por
cierto, esta junta se ha celebrado antes de la toma de control de NCG
por parte de Banesco. En consecuencia, quienes han aprobado el
nombramiento de los consejeros de Escotet, la subida de las
remuneraciones y el cambio de auditor son el FROB y el Fondo de Garantía de Depósitos,
en una actuación sorprendente en línea con todo lo que ha rodeado a la
subasta, puesto que lo normal en estos casos es que el comprador de una
empresa nombre su consejo una vez que toma posesión de la misma, no que
lo hagan los vendedores.
Este comportamiento del FROB no es nuevo, puesto que ya permitió a Banesco nombrar a la cúpula directiva
de la entidad en abril pese a no haber recibido el visto bueno de
Bruselas y en contra de la práctica habitual en anteriores subastas de
entidades nacionalizadas. Esta cúpula también tiene un marcado perfil
gallego, está encabezada por el citado Botas como
director general corporativo e incluye a un primo del propio Escotet
como responsable de responsabilidad social corporativa.
FUENTE: www.elconfidencial.com
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